An emeritus professor of theology at the University of St. Thomas and a veteran of church-related development work in the 1980s, Gerald Schlabach began renewing his relationship to Guatemala in the year 2000 by leading US students there for classes on the Church in Latin America. Schlabach first met Ajtzip in 2003 upon the recommendation of Fr. Greg Schaffer, who served the neighboring town of San Lucas Tolimán for over 50 years. Since then, he has regularly relied upon him for lectures on the history and culture of Santiago Atitlán.
 
Schlabach has authored, edited, or translated twelve books. While Ajtzip is a gifted storyteller, his culture is an oral one and his experience as a communicator has mostly been on the radio; he thus asked Schlabach to serve as his “asesor” or editorial consultant in the framing and organizing of his account. While a native-Spanish-speaking editor was contracted for final copy-editing, Schlabach has translated the manuscript into English and is contributing to this project pro bono

“I hate cliches, but sometimes they are actually true,” explains Schlabach. “I want to ‘give back’.” This is why he put aside career aspirations, retired a bit earlier than expected, and now spends winters in Santiago Atitlán, Guatemala. “Living and working in Central America in the 1970s and 80s was deeply formative – spiritually, cross-culturally, intellectually, personally.” Having lived in Costa Rica, Nicaragua, and Honduras as well as Guatemala, he and his wife have friends throughout the region.
 
“It is the people of Guatemala, though, who have especially been teachers. The dynamics of social injustice. The dignity of indigenous peoples. The acids of globalization. The effects of US foreign policy. The witness of courageous Christians. My life, writing, and teaching have been incalculably richer for all of these encounters. To amplify Juan’s voice is a great honor.”
Gerald Schlabach s profesor emérito de teología de la Universidad de Santo Tomás en Minnesota, EE.UU., y veterano del trabajo de desarrollo social relacionado con la iglesia en la década de los 1980. Renovó su relación con Guatemala en el año 2000 al dirigir estudiantes estadounidenses interesados en clases sobre la Iglesia en América Latina. Schlabach conoció a Ajtzip en 2003 por recomendación del Padre Greg Schaffer, quien sirvió en la vecina ciudad de San Lucas Tolimán por más de 50 años. Desde entonces, Schlabach ha confiado regularmente en Ajtzip para dar conferencias sobre la historia y la cultura de Santiago Atitlán.

Schlabach es autor, editor o traductor de once libros. Si bien Ajtzip es un cuentista talentoso, su cultura es oral y su experiencia como comunicador ha sido principalmente en la radio; por lo tanto, le pidió a Schlabach que se desempeñe como su “asesor” editorial en la elaboración y organización de su historia. Schlabach también ha traducido el manuscrito al inglés. Schlabach está dispuesto a contribuir a este proyecto de forma gratuita.

“Odio los clichés, pero a veces son verdad”, explica Schlabach. “Quiero ‘devolver’.” Por eso dejó a un lado algunas aspiraciones profesionales, se jubiló un poco antes de lo previsto y ahora pasa los inviernos norteamericanos en Santiago Atitlán (Guatemala). “Vivir y trabajar en Centroamérica en los años 70 y 80 fue profundamente formativo: espiritual, intercultural, intelectual y personalmente”. Tras haber vivido en Costa Rica, Nicaragua y Honduras, además de Guatemala, él y su esposa tienen amigos en toda la región.

“Sin embargo, es la gente de Guatemala la que ha sido especialmente maestra. La dinámica de la injusticia social. La dignidad de los pueblos indígenas. Los ácidos de la globalización. Los efectos de la política exterior estadounidense. El testimonio de cristianos valientes. Mi vida, mis escritos y mi pedagogía se han enriquecido incalculablemente gracias a todos estos encuentros. Amplificar la voz de Juan es un gran honor”.